Sobre la exposición
Desplazamientos es un proyecto conjunto de Anna Malagrida y Mathieu Pernot que reflexiona sobre las transformaciones del paisaje mediterráneo, la fragilidad de sus ecosistemas y las huellas que los desplazamientos humanos, vegetales y animales han dejado a lo largo de la historia.
Anna Malagrida se centra en la historia de las chumberas, implantadas en España a partir del siglo XVI para desarrollar la producción de cochinilla roja. Este pequeño insecto, originario de México, era cultivado desde la Antigüedad y se convirtió, tras el descubrimiento de América, en uno de los tesoros más codiciados del comercio colonial: con él se fabricaba el pigmento carmín, utilizado por pintores barrocos y tintoreros para colorear las vestiduras del poder en Europa. Hoy, la falta de lluvia y el impacto del cambio climático han debilitado estos cactus en diversas zonas del Mediterráneo, favoreciendo una plaga descontrolada de cochinilla roja que los está devastando. La artista se aproxima a este proceso desde el paisaje del cabo de Creus, donde los cactus se desarrollaron de forma notable.
En el enclave español de Melilla, al otro lado del Mediterráneo, Mathieu Pernot dirige su cámara hacia el bosque que sigue la valla fronteriza. Allí, el eucalipto —importado de Australia en el siglo XIX— y el pino —cuyas múltiples variedades fueron introducidas por Napoleón— se convierten en testigos silenciosos de las restricciones impuestas a la movilidad humana. Detrás de los troncos, la inmensa reja de metal y alambres de espino divide el territorio en dos y materializa la frontera entre Estados.
Ambos artistas muestran cómo un color o una especie vegetal pueden estar cargados de Historia. Y recuerdan que el Mediterráneo es también la suma de sus desplazamientos: los coloniales del pasado, los migratorios del presente y los ambientales acelerados por el cambio climático.
Sobre los artistas
Anna Malagrida (Barcelona, España, 1970) utiliza fundamentalmente la fotografía y el vídeo para explorar y recrear, a través de una observación atenta, nuestra experiencia cotidiana y el equilibrio inestable entre lo privado y lo público. La artista abandona la representación de la realidad y apela, en cambio, a nuestra fantasía: nos invita a proyectarnos sobre la superficie de sus imágenes y a generar nuestros propios contenidos visuales dentro y fuera de las mismas.
Como por su propia gravedad, en el trabajo de Malagrida la ciudad queda transformada en teatro, escenario idóneo para narrar la frágil relación del ser humano con su entorno. La artista primero examina y después nos insta a mirar sin ser vistos. Desde una propuesta lúcida y sin pretensiones, la obra de Anna Malagrida seduce, reconcilia y nos sitúa entre lo visible y lo invisible.
Mathieu Pernot (Fréjus, Francia, 1970) estudió historia del arte en la Universidad de Grenoble, y después se matriculó en la École Nationale de la Photographie en Arles. Allí se graduó en 1996. Aunque Pernot se especializa en documentales, también toma caminos alternativos para que su trabajo componga una reconstrucción de ficción. Se dirige hacia temas contemporáneos, pero a la misma vez hace referencias a una larga historia iconográfica, y apunta a animar el diálogo entre imágenes, personas, situaciones, y objetos. De esta forma, se pregunta constantemente sobre nuestra relación con el mundo y sus representaciones. Individuos nómadas y frágiles, como los gitanos y los migrantes, se convierten en personajes cruzados por historias a lo largo del tiempo. A través de, o su propio trabajo fotográfico o el uso de diferentes fotos y documentos, Mathieu Pernot experimenta con las diferentes formas de representar el mundo y la noción de cómo usamos el medio fotográfico.




























































































