Gino Rubert: LA MUJER PÁJARO

Gallery, 6 abril, 2022

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En este críptico lienzo, Gino Rubert hace un alegato de la libertad.

El bagaje personal, rico y cosmopolita de Gino Rubert (1969) se plasma en unas imágenes que aspiran a conquistar primero la mirada a través de artificios como trampantojos y distorsiones para luego invitar a la reflexión. Hijo del filósofo Xavier Rubert de Ventós, nació en México DF, se formó en Roma y Nueva York (en la prestigiosa Parsons School of Design), y ahora vive a caballo entre Barcelona y Berlín. Sus obras exploran el universo de las relaciones humanas con un estilo que recuerda el realismo mágico. Al pintar hace gala de una intrincada técnica en la que combina el collage de fotografías con óleos, acrílicos y todo tipo de materiales (desde corcho a piedras semipreciosas).


Rubert, que expone regularmente en la feria ARCO con la galería Senda, tiene en su haber también varios libros publicados, como Sí, quiero, una visión desgarradora de las relaciones de pareja, o Apio, la historia de un perro ciego y su dueño, un pintor de marinas. Suyas son también las portadas de la famosa trilogía Millenium del escritor sueco Stieg Larsson. En estos momentos el artista ultima uno de sus proyectos más ambiciosos: “un retablo postmoderno de tres metros de alto por cuatro de ancho donde retrato a 175
personajes de la escena artística de Barcelona y que se colgará en la sala de Gótico del MNAC los meses de mayo, junio y julio”. Aquí nos descubre las claves de un cuadro, que pintó en 2019, plagado de símbolos y dobles lecturas, que es una metáfora de la libertad.

Serva sed sicura. 146 x 162 cm. Pintura acrílica, pintura al óleo y collage. 2015

¿Por qué? El ambiente crepuscular, la naturaleza exuberante, la tensión existencialista
y sexual de la imagen, podría guardar alguna relación con pinturas como El caminante sobre el
mar de nubes de Caspar David Friedrich, El columpio de Fragonard, o El grito de Munch.

¿Cuándo? Mi vida también, como la de tantos, ha sido y lo era quizás, en ese momento
particularmente, hace casi diez años, un diálogo/pulso entre la libertad y el miedo.

¿Cómo? Es una técnica mixta sobre tela (146 x 162 cm). Los rostros son fotografías
retocadas digitalmente primero y luego a pincel. También hay partes bordadas y
plásticos y piedras semipreciosas incrustadas.

¿Cuánto? Me llevó tiempo sintonizar y ecualizar los diferentes elementos
y personajes de la pintura (calavera, jardineros, arquitectura, paisaje, vegetación,
mujer) para que cada uno represente su papel sin pisar el de los demás y lograr una
narración sencilla pero abierta y sugerente. Con sus períodos de distanciamiento,
trabajando, en otras cosas, para recuperar esa mínima separación necesaria a la
hora de ir cerrando la aventura. En total, quizás unos 3 o 4 meses.

¿Qué? Serva sed sicura [Sierva pero segura] parte de un pequeño
escudo de hojalata (1,5 x 1 cm) que encontré en una tienda de
pasamanería en Tepoztlan (México) en 2015. Este escudo, que representa
un pájaro encerrado dentro de una jaula, está incrustado en la
pintura sobre la puerta de entrada en la fachada de la casa que da
al jardín. Me pareció una bonita metáfora de la libertad a la que a
menudo renunciamos a cambio de seguridad o confort. En la pintura,
la jaula está representada por una casa opulenta con su escalinata
palaciega que da al jardín, rodeada por una verja de hierro, alambre de
espino electrificado, y dos jardineros siniestros haciendo guardia. El pájaro,
está simbolizado por una hermosa mujer lánguida que pudorosa y
audaz ha abandonado la jaula para acercarse al borde de un jacuzzi con
forma de calavera cuyos recovecos ha invadido un rosal salvaje. Es una
noche estrellada y se escucha el rumor de la ciudad al otro lado de la
bahía entre las notas de una sonata para violín y piano que proviene
del interior de la casa. Mi cuadro retrata el instante previo al contacto
del pie de la mujer (en cuyo tobillo vemos, a través de una burbuja de
jabón un crucifijo) con el agua cálida y cristalina del jacuzzi. Parecería
que todo está a punto de cambiar para siempre. Fuera de la jaula se
despliega un mundo nuevo lleno de peligros y posibilidades: La Libertad.

“Estoy produciendo una serie de pinturas con retroiluminación, audio y sensores
de movimiento para la exposición comisariada por Gisela Chillida y Roc Parés que
se inaugurará en Tecla Sala en septiembre coincidiendo con el Gallery Weekend en
Barcelona”,
avanza el artista sobre sus próximos proyectos.

Texto de Jorge Kunitz. Artículo original