GONZALO GUZMÁN. «El dolmen de Nemorino» para el «Saló dels Miralls» del Gran Teatre del Liceu


Galeria SENDA te invita a acompañar a Gonzalo Guzmán (1991) en la presentación de El dolmen de Nemorino, una instalación monumental de cinco metros de altura concebida especialmente para el Saló dels Miralls del Gran Teatre del Liceu, coincidiendo con el estreno de L’elisir d’amore de Gaetano Donizetti.

La conexión entre ópera y escultura no es fortuita. El origen de la obra se remonta a una historia íntima y familiar: el padre del artista, Joaquín, llegó a Barcelona siendo joven para estudiar canto con el maestro Puig, con el sueño de convertirse en cantante de ópera profesional. Su mayor ilusión era actuar algún día en el escenario del Liceu. Sin embargo, mientras preparaba Una furtiva lagrima, el aria más célebre de L’elisir d’amore, perdió la voz de forma repentina. Aquel episodio cambió el rumbo de su vida: no pudo continuar su carrera como tenor, pero mantuvo siempre un vínculo profundo con la música y el arte, una sensibilidad que transmitió a su hijo desde la infancia.

«Esta obra es una forma de cerrar un círculo: de devolver, en forma de escultura, algo de aquella emoción que él me ha transmitido desde pequeño, y de hacer que, de algún modo, esa voz vuelva a habitar el Liceu», explica Guzmán.

El dolmen de Nemorino se alza como un dolmen contemporáneo de acero inoxidable, asentado sobre un montículo de tierra que dialoga con la arquitectura dorada y los espejos del salón. En su escala monumental y su sencillez primitiva, la pieza refleja el propio proceso vital y creativo del artista: un diálogo constante entre el deseo y la materia, entre lo que se imagina y lo que la escultura permite.

Guzmán concibe su práctica escultórica como un ejercicio de confianza y de escucha. «Permito que la escultura suceda —afirma—. Es una forma de entender la vida: las cosas ocurren porque solo pueden ocurrir de una manera, la que sucede. Una escultura solo puede existir tal como ha aparecido, con todos los accidentes y condiciones que han hecho posible su forma».

Esa misma idea atraviesa la historia de su padre: el momento en que perdió la voz, lejos de ser una ruptura, se transformó en una lección de aceptación y aprendizaje. A veces, al verlo practicar aún fragmentos de ópera, Guzmán reconoce en ese gesto una continuidad emocional con aquella pasión que no desapareció, sino que mutó de forma.

La verdadera importancia, para el artista, reside en la mirada con la que afrontamos lo que nos ocurre. Como Nemorino, el protagonista de la ópera de Donizetti, que en una lágrima descubre la esperanza que le impulsa a seguir, El dolmen de Nemorino propone una reflexión sobre la confianza, la transformación y la permanencia.

22 de noviembre — 15 de diciembre de 2025 · Saló dels Miralls, Gran Teatre del Liceu

JAUME PLENSA recibe la Medalla de Oro al Mérito Cultural de la ciudad de Barcelona

El lunes 19 de mayo de 2025, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, entregó en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona la Medalla de Oro al Mérito Cultural a Jaume Plensa, destacando su proyección internacional y el valor de su obra para acercar el arte y la cultura a todo el mundo.

“Barcelona te reconoce, te quiere y quiere a tu arte”, Jaume Collboni

La glosa la realizó la escritora Monika Zgustová y se pudo disfrutar de una actuación musical a cargo del Coro de voces blancas de los Amigos de la Unión de Granollers.

Fotografías © Júlia Arnau

Con el otorgamiento de la máxima distinción cultural, la ciudad expresa su agradecimiento a Plensa por una trayectoria artística de excelencia, caracterizada por su afán de transcender la realidad y explorar las dimensiones del espíritu.

El equipo y los amigos de galeria Senda se unen a este reconocimiento y queremos compartirlo con todos nuestros seguidores.

ANNA MALAGRIDA en Museu Tàpies

Anna Malagrida presenta “Opacitas. Velar la transparència” en el Museu Tàpies de Barcelona este 13 de marzo hasta el próximo 28 de septiembre de 2025.

La exposición ofrece una inmersión por la obra de la artista Anna Malagrida (Barcelona, 1970) a través de la fotografía, el vídeo y la instalación.

Anna Malagrida, El Limpiador de Cristales (2010). Video (2m 19s)

Un juego de perspectivas

La obra de Malagrida explora y recrea, a través de una observación atenta, nuestra experiencia cotidiana y el equilibro inestable entre lo privado y lo público. Con un juego de perspectivas, captura interiores y exteriores simultáneamente, invitando al espectador a proyectarse sobre la superficie de sus imágenes y a generar sus propios contenidos visuales dentro y fuera de las mismas. 

En su trabajo, la ciudad se convierte en un teatro, un escenario idóneo para narrar la frágil relación del ser humano con su entorno. Una propuesta lúcida y sin artificios donde la obra seduce, reconcilia y nos sitúa entre lo visible y lo invisible.

Visualmente muestra una ambigüedad que se manifiesta en la textura de sus imágenes, desdibujando las fronteras entre la apariencia y la realidad. En esta exposición el espectador será sumergido en una experiencia visual dotada de diferentes significados, invitándolo a mirar la ciudad de una manera diferente.

Además, el miércoles 13 a las 18:00, la inauguración se iniciará con una conversación entre la artista y Marta Gili, critica de arte, comisaria y docente especializada en fotografía y artes visuales contemporáneas. Patricia Sorroche, comisaria de la exposición, será la mediadora de esta conversación, en la que se hablará del proceso creativo de la artista y sus inquietudes.

«Roger the Rat» inaugura el nuevo espacio de la galeria: SENDA M&A, en el marco de City Screen 2021

El proyecto está compuesto por una serie de fotografías en blanco y negro producidas en Johannesburgo entre 2015 y 2020, acompañado de un vídeo hecho durante los meses de confinamiento.

A través de estas imágenes, Roger Ballen documenta una criatura mitad humana, mitad rata, que vive aislada de la sociedad. El personaje, motivado por su soledad, intenta crear nuevos compañeros para compartir su vida diaria, pero el aislamiento genera sentimientos de frustración y rabia.

Roger the Rat personifica el impacto de la soledad, la exclusión y la incómoda sensación de asfixia que aflige a los seres humanos cuando están confinados en espacios cerrados. Las consecuencias psíquicas de la pandemia se exploran a lo largo de las imágenes a través de las absurdas acciones del protagonista, que producen un sentimiento de identificación y empatía por parte de los visitantes.

Hijo de un editor de fotografías en Magnum, Ballen trabajó como geólogo y consultor de minería antes de lanzar su propia carrera fotográfica, documentando pequeñas aldeas en África rural y sus habitantes aislados. Sus imágenes son a la vez poderosas alegorías sociales y perturbadores estudios psicológicos. La obra de Ballen «Terrallende» fue considerada uno de los documentos fotográficos más extraordinarios de finales del siglo XX. Fue premiado como Mejor Libro Fotográfico del Año en PhotoEspaña 2001 en Madrid. Fue premiado como Mejor Libro Fotográfico del Año en PhotoEspaña 2001 en Madrid.

Su distinguido estilo fotográfico ha evolucionado utilizando simplemente un formato cuadrado y una combinación de colores en blanco y negro. Sus primeros trabajos tienen una clara influencia en la fotografía documental, pero durante la década de 1990 desarrolló un estilo que describió como ficción documental. Su estilo fotográfico distintivo ha evolucionado utilizando simplemente un formato cuadrado y una combinación de colores en blanco y negro.

Roger Ballen, Amputee. Archival pigment print. 61 x 43 cm. 2015
Roger Ballen, Flattened. Archival pigment print. 61 x 86 cm. 2020
Roger Ballen, Revealed. Archival pigment print. 61 x 43 cm. 2020

Donald Sultan y la Resurrección de la Naturaleza Muerta

La galeria Senda inauguró la primavera con “Day and Night: New Paintings and Drawings”, la primera exposición del reconocido americano Donald Sultan en España. Formada por un conjunto de piezas de gran escala con la flor de mimosa como motif, Sultan ha demostrado que un resultado puede conseguirse con componentes inusuales. Es el caso de Spring Mimosa Dec 12, por ejemplo, un cuadro de flores regado con alquitrán y esmalte, y no con agua.

Seguramente estés pensando ¿bodegones? ya pasó la época del frenesí por la naturaleza muerta y los vasos de vino a medio acabar, ¿no? migajos de pan junto a la pera y la manzana carcomida. Ese detalle no lo habrá ignorado el artista, quien trata de pintar al ínfimo pormenor lo que ve y lo que trazan sus manos con las señales que reciben desde lo más íntimo de la retina. También están aquellos que optan por las flores, bien sea por afán de ser romántico, o porque eran de ocasión y la primavera no es temporada de peras. Un lienzo blanco, manchado con el pigmento de colores terrestres – verde marron y amarillo apagado.

Pues quizás sí que se terminó la moda del bodegón convencional. Cézanne se llevó con él el último suspiro del artista admirador de frutas desmayadas sobre cerámicas, y Van Gogh el de los girasoles, que ya dejaron de girar en la mente de aquel que dice ‘saber de arte’. Tal vez seamos pocos los que seguimos encontrando paz en la representación de la naturaleza, aunque no sea acompañada de movidas conceptuales y motivos superiores. Una flor, una fresa, un paisaje, algo tan mundano como el humo de un cigarro que baila en la oscuridad de un piso cerca de 24th with 6th avenue.

A veces uno necesita eso, y nada más. Como un respiro en el sofoco que supone vivir en un tiempo donde uno sufre más por estrechar su gusto a un mundo que tarda poco en decidir quién es digno de hacer arte y quien no, y qué merece su puesto en una pared blanca y quién nunca saldrá de su habitación con olor a pintura y hormonas.

Olvídate de la pared blanca, y ya que estás, del lienzo blanco también. De hecho, imagínate en una planta de grava, donde los humos a alquitrán y el calor que emerge de la pirámide de piedras hierven la sangre y tapizan los pulmones. En medio de todo el panorama industrial – del metal, la madera, el acero y el fuego – crece una flor. No es fácil imaginarlo, de hecho, es casi imposible que una flor nazca en medio de tanta dureza, y sin embargo lo hace—un átomo de vida en un lugar que nunca la cobró. Es una flor redonda, naranja, aunque te suena haberla visto en otro lado de otros colores, roja, amarilla… redonda como el sol, como una naranja, como un diente de leon al que aún no se le ha pedido el deseo.

El bodegón de Cézanne emite un aroma a mantel macerado con néctar de melocotón y el charquito de vino que derramó tu padre en la que era su cuarta copa. El girasol de Van Gogh trae a la mente el olor del campo y la humedad distante del mar. Pero las mimosas de Donald Sultan confunden los sentidos: uno ve círculos minimalistas de mimosas, rodeados de un centenar de hojas de olivo – piensas pues: sur de francia, aire seco y afrutado… pero cuando te acercas a la obra se te caen los esquemas. Ya no piensas en el campo francés, si no en el camino hasta ahí — el viaje. El calor del asfalto cuando bajas a estirar las piernas y el olor a alquitrán que emite la fábrica que se ha construido lejos de la vida para no acortar la misma con la impureza del humo que saca por sus chimeneas altas.

Verás, la escena provenzal de Cézanne y las flores a pinceladas densas habían tomado un espacio recóndito en mi archivo de obras preciadas. No por falta de admiración, ni pretensión de necesitar que el arte me ‘diga algo’. Si no porque ando buscando obras que me dejen disfrutar de la belleza en un mundo en el que raras veces la belleza viene sin zancadilla pelotera. Que entre lo industrial puede surgir lo natural.

Recibir flores sigue siendo un placer, aunque sea acompañado del run run de los coches y el aire contaminado de la ciudad. Si te acercas a la obra de Sultan podrás ‘oler’ tu infancia en el pueblo, el sabor dulce de la fruta madurada al sol, y la brisa que pasa mientras lees bajo el olivo en una tarde de agosto. Pese a que lo que realmente huelas sea masonita, alquitrán y esmalte.

De eso se trata, yo creo —de estimular los sentidos con lo que crees que es, lo que querrías que fuese, y con lo que realmente es. Si no lo crees, míralo por ti mismo: Donald sultan, en galeria Senda, hasta finales de Julio.

Glenda León en el MARCO de Vigo con «Música de las formas»

El 18 de junio el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (MARCO) inaugura «Música de las formas», una exposición de Glenda León comisariado por José Jimenez.

La artista cubana vuelve con una serie de obras representativas de la unión entre la poesía y el objeto, creando una síntesis entre lo visual y lo sonoro. León utiliza objetos corrientes y materiales en bruto y los transforma de manera que revelan su poder metafórico. De esta manera, las obras manifiestan una mirada sensible ante lo cotidiano. Sus obras transitan entre la esfera de lo íntimo y lo público. Exhibe su capacidad artística de creación de nuevos significados a través del proceso de contextualización, manipulación y asociación de los objetos.

En «Música de las formas», la artista evidencia la influencia de la música en su crecimiento, tanto personal como artístico, y lo conectado que está a los movimientos de los astros. José Jiménez, comisario de la exposición, menciona a Pitágoras para justificar este fenómeno al que también se refiere como «armonía del cosmos.» León consigue conectar la tierra y el cielo, lo cotidiano y lo superior.

Estrellas Masticadas (2015) es un ejemplo de ello: la autora crea cuerpos celestes al unir chicles desechados en el suelo, formando constelaciones que se debaten entre algo tan mundano como una goma de mascar y la sublimidad de los astros que tantos otros genios habían observado en en un pasado.

La exposición podrá verse hasta el 31 de octubre de 2021.

Peter Halley llena de color las paredes del museo Nivola con «ANTESTERIA»

Los meses pasados entre cuatro paredes incitaron al artista Peter Halley a repensar el mundo artístico que había estado inventando desde los años ochenta. Cambios en el modo de vida resultaron en cambios en modos de expresión, así pues, el neoyorkino optó por buscar límites alternativos a las “celdas” y “prisiones” que aparecían a menudo sus previas pinturas. 

Nueve meses después de la exposición New Paintings en Senda, Halley ha trasladado su explosión de colores laberínticos a las paredes del museo Nivola en Orani, Cerdeña. ANTESTERIA, cuyo nombre proviene de la festividad griega en devoción al dios Dionisio y a la llegada de la primavera, no es la primera instancia del artista con los murales. 

Alejándose de la naturaleza estática, rectangular y letárgica del lienzo convencional, Halley ha adaptado sus coloridas formas a las paredes del museo como tantos otros grandes artistas han hecho a lo largo de la historia. Desde las pinturas rupestres a los frescos de Giotto en la capilla de los Scrovegni en Padua, Halley ha seguido este legado creando una experiencia catártica al combinar los colores neones característicos de su obra con los motifs de la sala. Las ventanas arqueadas, con vitrales parecidos a los de las iglesias, están en conversación con las pinturas psicodélicas y dinámicas del artista americano. 

Un lugar prístino resucitado por colores; un espacio laico presentado para recibir una atención que baila la línea entre la admiración y la devoción. Las celdas características de Halley aparecen distorsionadas, creando una continuidad de líneas que conducen la mirada de un lado de la sala al otro, parando entre medio para admirar los colores salpicados en formas caleidoscópicas de las paredes laterales, al igual que los paneles inferiores, que combinan formas geométricas con trazos más libres. 

Peter Halley no cesa en reinventarse en acorde al mundo en el que vivimos. Su arte fluctúa de la misma manera en la que lo hacen las costumbres, la cultura y el capitalismo. Así lo demostró con New Paintings en Senda el pasado septiembre, cuando se alejó del lienzo cuadrado y lo sustituyó por formas geométricas abstractas que transmiten libertad, y así lo está demostrando en Nivola.

ANTESTERIA estará expuesta hasta el 22 de Agosto. 

Presentación libro ZETA CERO de Yago Hortal

El pasado 25 de mayo, Yago Hortal presentó su primera monografía en la librería ONA de la calle Pau Claris.

Yago Hortal participa en una charla, mediada por la periodista Bibiana Ballbè, que invita al público a conocer su trayectoria artística y su proceso creativo.

Su primera monografía, producida por Senda Ensayo repasa su producción artística de los últimos 15 años, dibujando la evolución de sus trabajos durante este tiempo, y dejando entrever la nueva dirección de su obra en busca de nuevos horizontes.

La obra de Hortal, que desde el principio ha estado comprometida con la redefinición del formalismo de la pintura abstracta, funciona a nivel metalingüístico, y celebra el diálogo de la obra y de su propio proceso de creación.

Yago Hortal (Barcelona, 1983) estudió Bellas Artes entre la Universidad de Barcelona y la Universidad de Sevilla. En 2007, un año después de graduarse, recibe el 49º Premio a la Pintura Joven. El año siguiente, empezó a exponer tanto en España como en el resto de Europa y Estados Unidos, ganando renombre internacional con tan solo 25 años de edad. Su obra parte de un fuerte compromiso con la pintura y con el mismo acto de pintar. Convirtiendo la tela en el escenario donde el artista estructura formas coloridas que provienen tanto del azar como de un acto consciente. Su pintura expresa pasión por retratar el color y no deja que el lienzo le ponga un límite; de tal manera que evoca al tacto, hay un deseo por parte del espectador de tocar la pintura: crea sensaciones.

Visita nuestra shop para adquirir el libro: https://galeriasenda.com/shop/yago-hortal-zeta-cero/

Works on paper : Solo Show de Sandra Vásquez de la Horra en Arco E-xhibitions

Sandra Vásquez de la Horra, El último tango. Grafito y Gouache sobre papel encerado. 106 x 134 cm. 2020

Ese mes de marzo Galería Senda presenta una exposición online con los trabajos de la artista chilena Sandra Vásquez de la Horra. La artista desarrolla una obra poética donde la tradición mística y popular,  muy presentes en su formación personal, se manifiesta por medio de su estilo gráfico repleto de imágenes oníricas. Sus dibujos son verdaderas narraciones inspiradas en los recuerdos, en el inconsciente y en la sexualidad. 

La exposición invita al visitante a conocer  la técnica personal de la artista: el empleo de lápiz y acuarelas de color para posteriormente aplicar un baño de cera a los trabajos, película transparente que proporciona permanencia y protección a la obra. Las composiciones, producidas en diversos formatos, se entrelazan de forma asimétrica y atraen  la mirada del público gracias a su tono simultáneamente humorístico y crítico, en el cual cada dibujo es parte de una narración iconográfica.

Los trabajos de Sandra Vásquez de la Horra exponen un lenguaje singular propio de la artista y construyen nuevos territorios a ser explorados por el público.

Link para exposición online: https://3d.exhibify.net/?uuid=b98222c5-8719-4083-9cde-5725892ed110&v=v981

Link para Viewing Room : https://www.artsy.net/viewing-room/galeria-senda-sandra-vasquez-de-la-horra

De la tumba me levanto. Lápiz sobre papel / Baño de cera. 39 x 28 cm. 2013
Desde mis raíces. Lápiz sobre papel / Baño de cera. 39 x 26 cm. 2014
El viaje de Olokun. Lápiz y acuarela sobre papel / Baño de cera. 76 x 112 cm. 2013.

«Roger the Rat» en ARCO E-XHIBITIONS abril 2021

En abril, Senda Gallery presentó el nuevo proyecto de Roger Ballen, Roger the Rat.

El proyecto está compuesta por una serie de fotografías en blanco y negro producidas en Johannesburgo entre 2015 y 2020, acompañado de un vídeo hecho durante los meses de confinamiento.

A través de estas imágenes, Roger Ballen documenta una criatura mitad humana, mitad rata, que vive aislada de la sociedad. El personaje, motivado por su soledad, intenta crear nuevos compañeros para compartir su vida diaria, pero el aislamiento genera sentimientos de frustración y rabia.

Roger the Rat personifica el impacto de la soledad, la exclusión y la incómoda sensación de asfixia que aflige a los seres humanos cuando están confinados en espacios cerrados. Las consecuencias psíquicas de la pandemia se exploran a lo largo de las imágenes a través de las absurdas acciones del protagonista, que producen un sentimiento de identificación y empatía por parte de los visitantes.

Hijo de un editor de fotografías en Magnum, Ballen trabajó como geólogo y consultor de minería antes de lanzar su propia carrera fotográfica, documentando pequeñas aldeas en África rural y sus habitantes aislados. Sus imágenes son a la vez poderosas alegorías sociales y perturbadores estudios psicológicos. La obra de Ballen «Terrallende» fue considerada uno de los documentos fotográficos más extraordinarios de finales del siglo XX. Fue premiado como Mejor Libro Fotográfico del Año en PhotoEspaña 2001 en Madrid. Fue premiado como Mejor Libro Fotográfico del Año en PhotoEspaña 2001 en Madrid.

Su distinguido estilo fotográfico ha evolucionado utilizando simplemente un formato cuadrado y una combinación de colores en blanco y negro. Sus primeros trabajos tienen una clara influencia en la fotografía documental, pero durante la década de 1990 desarrolló un estilo que describió como ficción documental. Su estilo fotográfico distintivo ha evolucionado utilizando simplemente un formato cuadrado y una combinación de colores en blanco y negro.

Visita el siguiente link para ver la exposición online:

https://3d.exhibify.net/?uuid=2d406fd8-19e9-4902-8521-7a23b644e6da&v=v1191

Roger Ballen, Amputee. Archival pigment print. 61 x 43 cm. 2015
Roger Ballen, Flattened. Archival pigment print. 61 x 86 cm. 2020
Roger Ballen, Revealed. Archival pigment print. 61 x 43 cm. 2020