Gonzalo Guzmán. Dolmen_04 y sus viajes oníricos

Un onironauta que hace tangible sus sueños. En pocas palabras, así podríamos definir a Gonzalo Guzmán, el artista madrileño que basa su trabajo escultórico en el estudio onírico de sus sueños. Guzmán se formó como diseñador industrial y, desde la pandemia, dedica su tiempo al arte de la escultura. Durante aquella época de aislamiento social, Gonzalo Guzmán empezó a experimentar sueños lúcidos, un estado de desvinculación momentánea entre el cuerpo y la mente en el que el sujeto es consciente de que está viviendo un sueño y puede, por ende, controlarlo. Y, desde ese momento, su proyecto artístico ha ido creciendo y explorando nuevos horizontes.

Los sueños, su objeto de estudio

Es cuando cierra los ojos y sueña que Guzmán encuentra el sentido y la inspiración de sus obras. En sus sueños, el artista interactúa con unas estructuras megalíticas metálicas que le generan una sensación de paz muy profunda. Menhires y dólmenes que, aunque parezcan cuerpos abstractos, son piezas figurativas porque copian aquello que el artista ve en sus sueños. Guzmán escoge el acero inoxidable porque busca emular el material metalizado con el que interactúa en sus viajes oníricos. Además, por practicidad, este tipo de metal es resistente al exterior, algo primordial para ser fiel con lo soñado previamente. El acero inoxidable es el material idóneo para sus estructuras, ya que le ofrece las propiedades técnicas y visuales necesarias para construir sus piezas.

El ritual onírico de Guzmán

Gonzalo Guzmán, en una entrevista para la revista Metal, nos explica el proceso mental que lleva a cabo para conectar con sus sueños. Este habla del estado “duermevela”, un estado de desconexión en donde el cuerpo permanece dormido, pero la mente se mantiene despierta. Al anularse los movimientos y las sensaciones corporales, estos se intensifican en la cabeza y es entonces cuando empieza la aventura onírica. El truco, según Guzmán, es tener un objetivo claro a la hora de soñar. «[…] es más fácil experimentar estos sueños si tienes un objetivo, si durante el día estás motivado pensando en tener un sueño lúcido y te propones algo que te gustaría cumplir dentro del sueño

En el caso de Gonzalo Guzmán, su meta a la hora de soñar es comprender mejor el significado de estas estructuras que ve en sus sueños y volver a interactuar con ellas. Su ritual empieza a las cuatro de la madrugada al toque de su alarma. El artista se medio desvela y hace una serie de ejercicios en ese estado adormecido que hacen que le sea más fácil empezar a experimentar un sueño lúcido cuando se vuelve a dormir.

Exposiciones y participaciones

Gonzalo Guzmán ha exhibido sus piezas en diferentes lugares del mundo como Alemania, Suiza, Italia o Reino Unido, entre muchos otros sitios. Su muestra individual más actual es la exposición “Colisión” (2023) en Galeria SENDA, enmarcada dentro del festival Art Nou, un festival de arte emergente de Barcelona y Hospitalet que ofrece la posibilidad a jóvenes creadoras nacionales e internacionales de establecer sus primeras relaciones profesionales en el mercado del arte, las galerías, los espacios autogestionados y las instituciones dedicadas al arte emergente. La pieza central de la exposición y la que mayores miradas atrajo fue una instalación compuesta por la representación de una estalactita de tres metros de acero inoxidable que se suspendió desde el techo de la galería sobre una superficie reflectante. El reflejo de la estalactita en la superficie generó la ilusión óptica de que también existía una segunda estalactita a punto de tocarse con la suspendida. La fuerza de la composición reside en la cercanía de una colisión imposible y, de ahí, el nombre de la exposición.

En el contexto de las ferias de arte, Guzmán ha participado en un par en lo que llevamos de año. En primer lugar, sus obras oníricas hicieron una visita a ARCO Madrid junto con otros artistas de la galería en un escenario artístico líder en el sector. Además, recientemente, sus piezas también estuvieron expuestas en el stand de SENDA en la feria Art Brussels.

Dolmen_04 y su vínculo con la Reunión del Círculo de Economía

Con motivo de la 39ª Reunión del Círculo de Economía de este año, enmarcada bajo el nombre “El mundo a prueba. Estrategias para impulsar la productividad y el bienestar en tiempos de cambio”, la obra Dolmen_04 de Gonzalo Guzmán tendrá un lugar especial en el Palacio de Congresos de Cataluña.

Y es que esta estructura comparte un vínculo estrecho con la temática de los simposios de esta reunión. Muchas veces, nos hace falta volver a los orígenes para comprobar hasta dónde hemos llegado. Raimon escribió que quien pierde los orígenes pierde la identidad. Quizás, lo que quería decir en este verso es que, quien ha abandonado su historia, no es capaz de entender su presente en toda su grandeza ni podrá afrontar los retos de futuro con toda su complejidad.

Dolmen_04 nos lleva desde los orígenes de la humanidad al presente más rabioso en fracciones de segundo. En un abrir y cerrar de ojos. El dolmen es un objeto cuántico, que parece estar en dos espacios diferentes a la vez: plantado físicamente en este espacio de reunión y, con su reflejo infinito, en nuestra visión más profunda de nosotros mismos. Y es cuántico también porque ocupa dos lugares diferentes en el espacio/tiempo. El arte desafía, tanto o más que la física, nuestra percepción del universo y es capaz de que percibamos un objeto, como este Dolmen_04, en dos momentos muy diferentes de la historia de la humanidad.

Una muestra de estas primeras y rudimentarias construcciones arquitectónicas que el hombre levantó la vemos hoy aquí transformada en objeto actual, sin que haya perdido su simbolismo prehistórico. La encontramos aquí, en un lugar de reflexión de los humanos más mundanos sobre el presente y el futuro, y su visión nos interpela y nos anuncia de donde venimos, no fuera caso que al tener los pies en el suelo perdamos nuestros orígenes y olvidemos que la humanidad, desde sus principios, siempre ha querido elevarse por encima de la realidad más mundana, y encontrar, allá donde fuera, un sentido espiritual en los instantes rutinarios que vivimos cada día.

Por eso, este dolmen del siglo XXI nos transporta a nuestros ancestros y quiere recordarnos a todos los que están aquí reunidos que afuera, no tan lejos de aquí, hay otro mundo. Un mundo creado, entre otros, por centenares de millones de años de artistas, escritores, escultores, músicos, etc., y también por gente normal, el ciudadano común que cada día va al trabajo y que, de alguna manera, tiene que ser presente en nuestras discusiones. Porque, en el fondo, todos nosotros tenemos que trabajar por el hombre común, por el género humano en toda su amplitud. Este dolmen nos transporta a la historia milenaria del género humano, de la gente corriente.

Un dolmen ha aterrizado en estas jornadas como la pieza de un artista que resume este viaje desde la antigüedad a la modernidad en décimas de segundo y nos recuerda que este viaje no habría sido posible sin la gente de la calle, sin el que trabaja y produce, que, en definitiva, siempre ha de ser el actor principal del progreso humano. Tengámoslo aquí cerca, veámoslo, y no olvidemos nunca por qué está. Su trabajo, su producción y su creatividad es nuestro futuro.

Una pequeña muestra de sus sueños

A continuación, una pequeña selección de obras de Gonzalo Guzmán que evocan a esos sueños inducidos que el artista crea desde cero en su mente.

Sandra Vásquez de la Horra recibe el Premio Käthe Kollwitz

Desde Galeria SENDA, nos complace anunciar que la artista chilena Sandra Vásquez de la Horra ha sido galardonada con el Premio Käthe Kollwitz. Para aquellos que no sepan sobre la historia de este galardón anual, nació en 1960 y lleva el nombre de la artista alemana Käthe Kollwitz. Kollwitz fue una pintora, escultora y grabadora de la corriente realista, muy comprometida socialmente a este estilo durante el siglo XIX y que abrazó el expresionismo a principios del siglo XX. La Akademie der KünsteAcademia de las Artes de Berlín –  ha concedido este año su premio a Vásquez de la Horra, que lleva instalada en Alemania desde 1995.

Más sobre la artista

Sandra Vásquez de la Horra, nacida en 1967 en Viña del Mar (Chile), se graduó de Comunicación Visual en la Universidad del Diseño de su ciudad natal y, posteriormente, finalizó sus estudios de Bellas Artes en la Academia de Arte de Düsseldorf (Alemania). Ya en el extranjero, en el 2002, estudió fotografía, cine y nuevos medios en la Kunsthochschule für Medien Köln – Academia de Artes Visuales de Colonia. Destacar también que desde que se instaló en 1995 en Alemania, sigue produciendo sus obras desde Berlín. Por lo tanto, podemos observar la gran estima y el lazo indisoluble que la artista y el país germano han creado tras años viviendo y creando proyectos nuevos desde allí.

Este año, Vásquez de la Horra ha expuesto en el Goethe-Institut de Santiago de Chile y en 2022 participó en la 59ª Bienal de Venecia. La artista ya ha sido homenajeada con amplias exposiciones individuales como la del Denver Art Museum con “The Awake Volcanoes” (2024) o, por ejemplo, la que se llevó a cabo en la galería, “Aura” (2022). 

El porqué del estilo personal de Vásquez de la Horra

En los trabajos de Vásquez de la Horra, la artista utiliza lápiz de cera para construir un imaginario obscuro que evoca a un mundo imaginario y fantasioso que toca temas subversivos como la religión, la mitología, el sexo, la cultura popular, las redes sociales o la muerte. Mediante esta ejecución distópica, el espectador se introduce en un universo de criaturas ficticias y encantadas caracterizadas por preocupaciones carnales y psicológicas, un recurso que Vásquez de la Horra hace servir para hacernos reflexionar sobre cuestiones sociales que nos afectan directamente aunque, muchas veces, las dejemos de lado. Por lo tanto, podríamos decir que es una artista cuyo lenguaje visual tematiza los conflictos a los que se enfrenta la sociedad actual.

Sus obras reúnen una serie de arquetipos de la conciencia colectiva, cuestiones de género y sexualidad, reflexiones interculturales y temas de prácticas espirituales. El porqué de este discurso artístico tan arraigado a la protesta social tiene su explicación cuando se conoce la biografía de la artista. Vásquez de la Horra creció en una época que, tras el golpe de Estado de la Junta Militar chilena en 1973 y la toma del poder por Augusto Pinochet, estuvo dominada por la tortura, la represión, los desaparecidos y las numerosas violaciones de los derechos humanos durante más de diecisiete años.

Con la vuelta de la democracia en 1990, la población pudo digerir y asumir la historia del país, cuya huella se puede apreciar en la obra artística de Sandra Vásquez de la Horra. Además de mostrar las barbaries que su país vivió, en sus proyectos muestra sus confrontaciones familiares, las mitologías de la población indígena y la dominación colonial de los europeos en América Central y del Sur.

Los dibujos que Vásquez de la Horra crea son tanto de pequeño como de gran formato, sobre papel y cartón, y se caracterizan por su densidad, colores y precisión. Algunas de sus creaciones están bañadas en cera, tratamiento que añade profundidad al dibujo y le permite construir obras tridimensionales en forma de acordeón.

Premio y celebración

Con motivo de la ceremonia de entrega del Premio Käthe Kollwitz, la Akademie der Künste expondrá una selección de las obras de Vásquez de la Horra; un total de más de 60 dibujos, fotografías y objetos que se expondrán en una instalación site-specific. La ceremonia tendrá lugar en la misma Akademie der Künste el 18 de junio a las 19 h y su exposición especial se podrá visitar entre los días 19 de junio y 25 de agosto.