La mayoría de las líneas negras de cautivadora geometría serpentean o se arremolinan, algunas incluso en varias hileras, a través de los fondos de imágenes monocromáticas de las fotografías, lo que hace pensar en dibujos o pinturas abstractas. La perfección casi artificial de las formaciones minimalistas dan la impresión de estar generadas matemáticamente. Sin embargo, estas enigmáticas estructuras muestran las figuras del vuelo de las aves registradas con el antiguo método de la cronofotografía y la tecnología informática moderna. El artista nacido en Barcelona Xavi Bou las ha descontextualizado en el sentido que estas se despliegan sobre un cielo despejado que transforma en un lienzo mediante un tratamiento digital. Según el fotógrafo, su fascinación por las aves y su movimiento está enraizado desde su infancia. El crecer en El Prat de Llobregat, en las afueras de Barcelona, le permitió realizar innumerables paseos por la naturaleza con su abuelo quien también era un amante de las aves. Su gran interés por la naturaleza se mantuvo incluso después de sus estudios de geografía y fotografía y durante su etapa trabajando en el sector de la fotografía de moda. Poco después de su debut en 2015, el artista recibió elogios de numerosas publicaciones en diarios y revistas de diferentes medios a nivel mundial.
Desde un punto de vista histórico-artístico, tal concentración en representaciones no figurativas comenzó en Alemania en la década de 1950 con la «fotografía subjetiva» de Otto Steinert, que retrataba la realidad sin narrarla, documentándola a modo de reportaje y situando la ornamentación como un fenómeno externo a la imagen. Un caso similar fue el del fotógrafo catalán Marcel Giró, que emigró a Brasil. Xavi Bou conoce la cronofotografía puramente científica de Eadweard Muybridge, que en cierto modo se relaciona con su planteamiento ornitográfico.
Por su parte, Xavi Bou ha dado forma a los movimientos de numerosas especies de aves en sus trabajos ornitográficos, además de explorar el medio de la fotografía para visualizar y archivar estas energías que fluyen y fluctúan. Esto, en toda la serie y en concepto, es bastante parecido al archivo fotográfico de edificios industriales internacionales de la pareja de artistas Hilla y Bernd Becher, que podría considerarse más postestructuralista-conservacionista que crítico sistémico. Del mismo modo, Bou se esfuerza asegurarse de que la belleza de las formaciones abstractas que representa en la fotografía permitan una lectura abierta. En otras palabras: solo algunas de las líneas dibujadas por los pájaros con sus figuras de vuelo, así como la maraña de líneas de bandadas enteras de pájaros, revelan a sus creadores. Así ocurre con los jilgueros que aparecen en el cuadro entre los remolinos de líneas ocres, convirtiéndose en la obra fotográfica menos apreciada del artista precisamente por su clara legibilidad. Xavi Bou se ve a sí mismo como un «comisario» que rastrea la coreografía de los pájaros y la hace visible. Muy raramente permanecen visibles los paisajes o las formaciones de nubes en el cielo, y cuando lo hacen, suele ser en la parte inferior de las imágenes monocromáticas, donde difícilmente pueden contribuir a descifrar el tema de la imagen real sin conocimientos previos relevantes.
La asombrosa geometría, precisión y complejidad de las figuras del vuelo de los pájaros han ocupado al artista de 43 años durante unos diez años, y muchos de los socios de cooperación para su trabajo artístico son reclutados del mundo de las aves, o más bien rastreados. Gorriones, golondrinas, vencejos, gaviotas, estorninos, pero también flamencos o águilas así como otras aves rapaces… No solo las encuentra en la naturaleza –a menudo en lugares cercanos o incluso en otros como Gibraltar o Islandia– sino sorprendentemente también en Gracia, barrio en el corazón de Barcelona.
En sus vídeos, el artista registra el desarrollo colectivo de líneas de vuelo de pájaros y de migraciones enteras de pájaros y luego subyace a las secuencias con sonido original o música compuesta por un amigo del artista. En el futuro, Bou planea expandir su práctica de archivo con una nueva serie de fotografías, a través de abstracciones escultóricas, utilizando imágenes de insectos en movimiento y luego manipulándolas digitalmente para que aparezcan tanto en tres dimensiones como en el color natural de los animales.