Los centenarios siempre son motivo de celebración. Estos son la prueba irrefutable de que la tradición y la perseverancia han vencido a cualquier adversidad que el tiempo les haya podido presentar. Y en el caso del deporte, cien años de dedicada cita cuatrianual es un hito que debe ser conmemorado de la manera más solemne posible. Por ello, en 1992, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, tuvo lugar la Suite Olympic Centennial, que rememoró el centenario de la celebración de los primeros Juegos Olímpicos modernos.
¿Cuándo empezó todo?
La historia marca el inicio de estos juegos hacia 1892, cuando el barón Pierre de Coubertin anunció en una sesión de la Union française des sports athlétiques – Unión de sociedades francesas de deportes atléticos – la celebración de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna (1896), restableciendo así este acontecimiento deportivo después de más de 1.500 años sin ser celebrados. Los juegos, símbolo de paz y de alianza universal entre los diferentes países del mundo, volvieron a reunir a atletas de todos los continentes para celebrar la gran fiesta del deporte en la cuna de esta tradición milenial: Atenas. La vuelta olímpica a Grecia rindió homenaje a los orígenes de estos juegos, convocando a una pequeña gran parte de la humanidad en la ciudad que vio nacer al deporte y a sus competiciones tal y como las concebimos hoy en día.
La Suite Olympic Centennial como símbolo de unión entre países
En 1992, cien años después de esta sesión que configuró los Juegos de la I Olimpiada, el Comité Olímpico Internacional, presidido por don Juan Antonio Samaranch, decidió homenajear este hecho de una manera única y estrechamente relacionada con las artes plásticas. Fue desde Barcelona, ciudad olímpica de aquella época, desde donde se coordinó la elaboración de una pieza artística conmemorativa del centenario conocida como la Suite Olympic Centennial. La Suite fue una colección de cincuenta obras plásticas de cincuenta artistas internacionales, representantes de las diferentes corrientes artísticas del momento. Esta selección de artistas fue gestionada por un grupo de expertos que contaba con nada más y nada menos que la presencia de uno de los fundadores de Galeria SENDA, por lo que su implicación y compromiso para con este acontecimiento nos hace especial ilusión poder compartir con vosotros.
Los artistas que dieron vida a la Suite Olympic Centennial
Muchos de los artistas que conformaron esta unión de virtuosos de las artes fueron grandes exponentes de un abanico muy amplio de corrientes. Sus aportaciones a esta obra colectiva de arte fueron cruciales para elaborar una pieza símbolo de fraternidad que trascendió en los anales de la historia del arte. A continuación, hablaremos sobre algunos de los artistas que colaboraron a construir la Suite Olympic Centennial.
Carlos Cruz Díez
El artista venezolano Carlos Cruz Díez es internacionalmente reconocido por ser el creador de la corriente pictórica del Op Art, un estilo de arte visual que hace uso de ilusiones ópticas. La visión de Cruz Díez es clara: cuestionar la división clásica entre pintura y escultura, concibiendo así obras que confrontan ambas artes para fusionarlas en una única pieza. Por ello, el artista utiliza los relieves típicos de la escultura en sus pinturas para crear efectos ópticos que producen la impresión, a simple vista, de movimiento en los cuadros. Es, por tanto, obvio afirmar que Cruz Díez juega con las sensaciones para invitarnos a ver con el ojo humano algo intangible como es el movimiento. En sus obras pictóricas, como es ejemplo la que creó para la Suite Olympic Centennial, podemos apreciar como el artista nos invade con una experiencia cromática completa que invita al espectador a dejarse llevar por la percepción sensorial y no por la razón lógica.
Carlos Cruz Díez. Suite Olympic Centennial (1994). 100 x 70 cm. Grabado
Antoni Tàpies
El catalán Antoni Tàpies tampoco se perdió esta oportunidad de formar parte de la historia del arte participando en la elaboración de la Suite Olympic Centennial. Caracterizado entre sus más allegados por su deseo de embellecer el día a día, el estilo de Tàpies nace del surrealismo influenciado por sus más grandes exponentes como Paul Klee, Joan Miró y Joan Ponç. Sin embargo, Tàpies es mundialmente conocido por formar parte de la corriente del informalismo, un estilo fuertemente arraigado al azar, la improvisación, el uso y experimentación de los materiales y el rechazo a la construcción premeditada. Antoni Tàpies, con obras como la presentada en la Suite Olympic Centennial, muestra su abismo interior mediante la expresividad de los materiales, con sus cruces e iniciales características grabadas en el lienzo.
Antoni Tàpies. Suite Olympic Centennial (1994). 63 x 90,5 cm. Grabado
Eduardo Chillida
«Mi objetivo es definir el vacío tridimensional a través de la plenitud tridimensional» afirmaba Eduardo Chillida cuando se le preguntaba por su obra. El artista vasco, autor de obras escultóricas icónicas como “Peine del Viento”, que reviste la costa donostiarra, se atrevió para esta ocasión especial a crear un grabado que desafía su preocupación por cómo exponer el espacio vacío en obras pictóricas. Mediante su propio lenguaje artístico, Chillida muestra el vacío al público gracias a la plenitud, cargando sus creaciones con una fuerte fuerza artesanal. Influenciado por su formación escultórica y por las tradiciones del pueblo vasco, Chillida nos deslumbra con piezas que invitan al espectador a empatizar con un artista dividido entre la escultura y la pintura.
Eduardo Chillida. Suite Olympic Centennial (1994). 70 x 100 cm. Grabado
Ben Vautier
Bajo el lema «Cualquier acción que haga un artista es arte», Ben Vautier se ha consagrado como un artista que fusiona su vertiente más plástica con su vocación más poética. Camuflado en una caligrafía claramente infantil, Vautier esconde grandes y profundas declaraciones en los trazos que él escribe en sus lienzos. Autodefinido como un artista cero visceral, Vautier se considera un individuo movido por las reflexiones teóricas premeditadas. Por todo ello, para la Suite Olympic Centennial escribe sobre fondo negro «Life is competition – Ben», es decir, «La vida es una competición – Ben»; abriendo los ojos sobre una realidad de la condición humana. Los artistas que utilizan el lenguaje como medio de expresión en sus trabajos buscan despertar al espectador y eso es justamente lo que Vautier consigue con frases como la de la escrita para la Suite Olympic Centennial.
Ben Vautier. Suite Olympic Centennial (1994). 100 x 70 cm. Grabado
Peter Saul
Es imposible hablar de Peter Saul y no imaginarse una de sus coloridas creaciones. Haciendo uso de caricaturas agresivas y distorsiones exageradas, consigue sumergir al espectador en una narrativa en donde Saul se burla de un sistema sumido en el capitalismo. Peter Saul ha sido asociado durante mucho tiempo al movimiento del Pop Art, aunque el artista siempre se ha separado radicalmente de esta corriente debido a sus convicciones políticas. El estilo de Saul es claro: transformar personajes y escenarios en formas insípidas y viscerales mediante dibujos similares a los graffittis, con colores chillones escogidos deliberadamente para hacerlos sentir vulgar a los ojos del público. Para la Suite Olympic Centennial, Peter Saul escoge el verde para dar color a su obra, caricaturizando a los atletas en diferentes animales y cuerpos extraños.
Peter Saul. Suite Olympic Centennial (1994). 100 x 70 cm. Grabado
Mimmo Rotella
El artista Mimmo Rotella es capaz de capturar la realidad contemporánea desde una expresión documentada arraigada al neorrealismo. De hecho, Rotella ha sido un gran exponente del Mec Art, una corriente que parte del arte de la fotografía utilizando técnicas de transferencias de imágenes. Este estilo ha sido considerado una respuesta al contenido subjetivo y lírico del informalismo europeo, que emplea recursos mecánicos para crear obras de arte basadas en el movimiento. En su proyecto para la Suite Olympic Centennial, los aros olímpicos cobran un protagonismo notable en una amalgama de fondos granulados llenos de texturas.
Mimmo Rotella. Suite Olympic Centennial (1994). 70 x 100 cm. Grabado
El legado de cincuenta artistas
Es por ello que podemos afirmar que la Suite Olympic Centennial supuso un antes y un después en la historia de los juegos olímpicos, una celebración del éxito, un símbolo de la unidad de los pueblos. Cada obra que forma parte de este proyecto es una pequeña gran aportación a un legado que, no incumbe tan solo al deporte, sino también al arte y la humanidad.