En 1982, IFEMA le encargó a Juana de Aizpuru, a partir de entonces Juana de Arco la puesta en marcha de la primera edición de ARCO, la feria internacional de arte contemporáneo de Madrid. La primera edición se inauguró en febrero de 1983 en un edificio de dos plantas del final del Paseo de la Castellana, pasada la Plaza de Castilla, que más tarde fue derribado para levantar una nueva edificación. Tuve la suerte de participar ya en aquella primera edición, que era muy diferente a las actuales. De entrada, participaban muchas menos galerías y el público era también más reducido, por no hablar de las ventas que eran prácticamente nulas.
Las dos primeras ediciones como decía antes, tuvieron lugar en el edificio del Paseo de la Castellana y sin lugar a dudas fueron bastante ruinosas para todas las galerías participantes, que aún eran muy pocas. La gente, en España, no estaba acostumbrada a las ferias de Arte. Recuerdo un año, creo que fue el segundo, que Juana de Aizpuru vino a nuestro stand y me pidió si teníamos un punto rojo, ¡¡wow había vendido!! Le dije que tenía poca fe, que como podía ir a una feria sin puntos rojos, pero ella que era muy lista me dijo: mira querida, los puntos rojos, en esta feria, con que los traiga una para todo el piso es suficiente. Y, desgraciadamente, tenía razón.
En 1985 ARCO se traslada al Palacio de Cristal de la Casa de Campo, más grande y con mejores instalaciones y también empiezan a participar importantes galerías extranjeras. El público empieza a ser mucho más numeroso, acuden actores, presentadores de televisión, algunos verdaderamente interesados, otros simplemente a dejarse ver. Los fines de semana se recibe la visita de los coleccionistas y amantes del arte de fuera de la capital, así como autocares enteros de estudiantes de Bellas Artes venidos de todas las ciudades españolas.
Recuerdo que en las primeras ediciones solían darse avisos por megafonía de esos tipo: se ruega al director de la galeria X se persone de inmediato en su stand, cosa bastante molesta y que afortunadamente más tarde desapareció. Un día una conocida actriz estaba dando una vuelta por la feria. Imposible no fijarse en ella. Llevaba una blusa dos tallas más pequeña de la que le correspondía, un cinturón enorme, a aquello que llevaba no se le podía llamar falda, y unos zapatos con tacones de vértigo. Y de repente megafonía anunciando: Se ruega a la señorita (nombre de la actriz) se pase por el stand de la Galería X. Y no una, sino varias veces. Así que, si alguien no la había visto pasearse, pues ya sabía que había estado en la feria. Una buena publicidad y además gratuita.
ARCO siempre ha sido inaugurada por los reyes que visitan algunos stands seleccionados previamente. En 1996 nos tocó a nosotros. Después de un estricto control y registro del stand, seguridad dio el visto bueno y nos visitó la reina Sofía. Aquel año presentábamos una monográfica de Gino Rubert y la visita fue de lo más entretenida. La reina se paraba ante cada obra y le hacía preguntas a Gino, quien iba explicándole todo lo que pedía. De repente se queda mirando fijamente una obra y dirigiéndose a Gino le dice: se parece a Irene Papas. Por si alguien del sequito no sabía de se trataba añadió. Es una estupenda actriz griega.
Podríamos seguir contando anécdotas surgidas durante las 38 ediciones de ARCO, hablar de las galerías que han participado y de los artistas que han mostrado sus obras, pero lo mejor de todo es visitarlo, estar allí. Les invito a hacerlo, seguro que no se arrepentirán.