Opening:07 Jul, 2021
Professional visitors:07 Jul, 2021
Opening to public:9 Jul, 2021
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Las tormentas de arena convierten el polvo en oxígeno
Las tormentas de arena se originan en los desiertos, cuando el viento levanta capas de polvo y las arroja a la atmósfera, el polvo recogido puede trasladarse miles de kilómetros hasta caer sobre la selva amazónica o sobre el mar. La artista Carla Cascales Alimbau (1989) utiliza este pósito natural como pigmento, convirtiendo el polvo en materia prima para sus cuadros. La artista nació y trabaja actualmente en Barcelona. Su obra está compuesta por dibujos, pinturas y esculturas que nos remiten al uso de una estética minimalista con influencias de corrientes arquitectónicas como el brutalismo. Asimismo, la fascinación por la estética japonesa del “Wabi Sabi” confiere a su obra una belleza basada en la idea de irregularidad e impermanencia.
En su exposición individual en ARCO 2021 Carla Cascales destaca que todo en la naturaleza es cíclico, de manera que las tormentas de arena son una fuente importante de minerales para las plantas de la selva amazónica y a su vez influyen en el crecimiento del plancton. El plancton, a parte de ser el principal alimento de las especies marinas, absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono y aporta a la atmósfera casi el 50% del oxígeno del planeta. De esta manera, el polvo de la tormenta puede llegar a convertirse en el oxígeno que respiramos.
Actualmente se plantea un cambio de mentalidad y sensibilidad que apuesta por una visión del mundo entendido como un ecosistema en el que conviven todas las especies del planeta, unidas por relaciones simbióticas e interdependientes. Como defiende Donna Haraway, ‘en la naturaleza no existen organismos autónomos, sino que todos formamos parte de ecosistemas integrados los unos en los otros’. La serie ‘Tormenta de arena’ se enmarca en un movimiento que se plantea restaurar los ecosistemas a través de detener y revertir el daño que hemos causado, pasando de explotar la naturaleza a curarla.
Su técnica tiene también algo de alquimia. A través de diversos procesos de sedimentación, el polvo llega a formar las piedras de las cuales la artista extrae el pigmento, moliéndolas manualmente. Se evidencia así la fuerza de los pigmentos naturales, que al mezclarse con el agua no se disuelven sino que quedan dispersos o suspendidos en la pintura, igual que el polvo de las tormentas lo hace sobre el mar. Las posibilidades compositivas son infinitas, obteniendo una gama casi ilimitada de colores y tonalidades que van desde el rojo óxido al color de la tierra caliente.
La historia del arte está vinculada al descubrimiento de nuevos colores y pigmentos, cosa que podemos observar desde la prehistoria a través de las pinturas rupestres, siendo el sistema de representación artística más antiguo de la humanidad. En ellas, generalmente se usaban los colores propios de los minerales con alto contenido en óxido de hierro, tan común en la superficie terrestre. Los pigmentos procedían de compuestos minerales como la hematita, la arcilla y el óxido de manganeso. Esos colores conformaban su paleta y han perdurado hasta nuestros tiempos, materializandose en obras que son capaces de conectarnos no solo con la Tierra, sino también con las civilizaciones más antiguas de la humanidad.
El trabajo de Carla Cascales se centra en la búsqueda estética constante del equilibrio, mediante el uso de materiales naturales como la madera, el lino, la piedra o la arcilla, descubriendo su esencia a partir de eliminar todo lo superfluo. La relación de su obra con la naturaleza está presente de una forma íntima y holística. Carla Cascales ha realizado exposiciones individuales en Barcelona, Madrid, Londres y Los Ángeles e instalaciones artísticas en instituciones como el Centro de creación Matadero de Madrid o La Caixa, ImagineBank de Barcelona. También ha realizado residencias de arte en San Francisco en 2017, Florencia en 2018 y Tokio en 2019.