En su muestra para ARCO 2022, la artista centra su atención en la figura de la mujer como fuente de energía creadora de vida. A través de soportes poco convencionales y haciendo uso de la tridimensionalidad, Sandra nos transporta por medio de su característico imaginario oscuro y poeticidad mística a mundos que pretenden una subversión tanto artística como social. La feminidad se presenta como punto de partida de cualquier ente en un estrecho lazo con la madre Tierra y su fertilidad. Sus brazos, que se abren en un gesto cálido y familiar de abrazo, esconden la naturaleza que todos llevamos dentro: esa innegable e intrínseca parte femenina que posee el ser humano por el mero hecho de haber nacido.

Toda la obra de Sandra gira alrededor de las energías universales que influyen y determinan las relaciones humanas; las constelaciones, el horóscopo, las auras…etc.

Estos conceptos se encuentran tan ligados al individuo que perdería todo sentido concebir su arte dejándolos de lado.

A través de los colores del arcoíris, expresión de las múltiples facetas emocionales del viaje del alma a lo largo de la vida, se encuentra entre los dos pies un umbral.

Un portal, que se asemeja a caverna, por el que uno accede a su interioridad más profunda – a su alma en color – a través de la materialidad corpórea de nuestra figura humana en cada paso/etapa de nuestro trayecto vital.

La mirada es también otra puerta por la que “colarse” en el alma, la concepción de los ojos como soles cobra gran importancia en su relación con los astros y su significado planetario. La luz que emana un sol con sus rayos tiene la misma fuerza que una mirada, enérgica, poderosa, y sobre todo, natural.

“Soy Sol, Soy Luna, Soy Mar:” La mujer, en cada una de sus fases, se liga a la Madre Tierra en el ciclo natural y orgánico de todo lo biológico y aporta esa conexión espiritual que nos evoca a la cultura y raíces Chilenas de la artista, donde el alineamiento humano-natural es imprescindible para la realización personal.

Desde Galería SENDA se presenta a Sandra Vásquez de la Horra con una muestra sin titular de 10 obras que introducen al espectador en las preocupaciones carnales y psicológicas de la artista con una personalidad e independencia que nunca pasa desapercibida.