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Yago Hortal plantea en Rigor y Rosa un ejercicio de síntesis y de confrontación de la semántica de su lenguaje y tensiona los fundamentos de su pintura a través de una inversión de los conceptos asimilados y de una renuncia a sus lugares de confort. En una reto introspectivo y mediante una reducción formal de medios expresivos, desnuda su obra en fondo y forma reafirmando así su trabajo.
A través de una paleta visual dotada de un gran cromatismo con uso de colores fluorescentes, Yago Hortal invierte la dualidad de fondo neutro y protagonismo de la pincelada para profundizar en las especificidades de su praxis y dotar de valor a todo el cuadro. En las ilusiones ópticas cognitivas como la Copa de Rubin investigadas por el psicólogo Edgar Rubin y desarrolladas por la teoría de la Gestalt, se produce la percepción multiestable o tendencia a saltar adelante y atrás entre dos o más interpretaciones, y de esta manera Hortal juega con la alternancia del protagonismo de fondo y figura. Así, enfatiza toda la superficie pictórica y reivindica la aportación del fondo como espacio positivo a percibir de manera autónoma en igualdad de condiciones con la pincelada del primer plano.
Estas obras sintéticas se despojan de todo artificio y permiten al espectador apreciar con mayor nitidez las enérgicas pinceladas generadas a través de ritmos de aceleración y pausa que fluyen en la composición a modo de explosión de color. Asimismo, estas pinceladas devienen más estilizadas y conducen el recorrido de la mirada aportando sensación de movimientoa la representación. Este proceso de deconstrucción acentúa la trazabilidad del proceso creativo a través de la evidencia de la técnica utilizada con las salpicaduras y goteos de pintura recortados sobre el fondo. De este modo, las formas se expanden por toda la tela, proceso que culmina en la expansión de la pintura más allá de los límites del lienzo en alguna de las obras, dotando a los artefactos de un marcado carácter escultórico. En un nuevo impulso, Yago Hortal emplea a menudo polípticos de diferentes medidas y disposiciones que irrumpen en el espacio arquitectónico agregando el vacío en el que se reflejan y se fusionan los colores como superficie pictórica a aprehender.